El 20 de julio no es una fecha cualquiera. Para millones de colombianos que viven fuera del país, es un día cargado de emoción, memoria y orgullo. Celebrar el Día de la Independencia desde otro continente o país puede parecer un reto, pero también es una hermosa oportunidad para reconectar con las raíces, la identidad y los sueños que te unen con Colombia.
Año tras año, durante julio el país se llena de colores, música y memoria. Pero al vivir en el extranjero, esa fiesta se transforma en un acto más silencioso, más personal. Lejos de las calles decoradas y los desfiles, esta fecha puede ser una oportunidad profunda para preguntarte: ¿qué significa ser colombiano desde la distancia?
La respuesta está en los gestos pequeños, pero poderosos. Te compartimos cinco maneras de vivir esta celebración desde donde estés y reconectar con tu identidad:
Transforma un espacio en casa con elementos que representen tu identidad: una bandera, una camiseta de la selección, una foto familiar, o un símbolo del país. Ese gesto no solo te conecta contigo mismo, también puede inspirar a otros si lo compartes en redes sociales con una reflexión o anécdota.
Además, celebrar desde el exterior puede ser el punto de partida para conocer a otros colombianos cerca de ti, formar redes de apoyo o incluso iniciar nuevas amistades. A veces, un gesto simbólico puede abrir puertas reales.
Busca una película, un documental o un libro de autor colombiano. Explora nuevos ritmos, como el pacífico, el joropo o el bullerengue. Al escuchar las voces de tu país en diferentes formatos podrás mantener viva tu cultura, incluso desde la distancia.
También, puedes preparar un plato típico como un ajiaco, unas empanadas o una bandeja paisa. El sabor es uno de los lenguajes más poderosos de la identidad.
Haz una lista de cosas que extrañas de Colombia, personas que dejaste o sueños que nacieron allá. A veces, reconectar con la identidad es tan sencillo como dejar salir los recuerdos. Puedes escribir una carta, reunirte a través de videollamada con tus amigos o familiares.
Si deseas reconectar y disfrutar desde la nostalgia mira fotos antiguas, escucha una canción que te transporte o simplemente cierra los ojos y visualiza tu lugar favorito en Colombia. Ese ejercicio emocional puede darte claridad, energía y dirección.
Además de consumir productos hechos en Colombia, puedes apoyar fundaciones, artistas independientes o proyectos que promuevan el reconocimiento del país en el exterior. Celebrar también es aportar.
Puedes hacer compras a pequeños emprendimientos, regalar artesanías colombianas a tus nuevos amigos en el exterior o donar a organizaciones que trabajen por la educación o la equidad.
Muchos colombianos que viven en el exterior sueñan con tener un lugar propio en su tierra. Ya sea como plan de retorno, como inversión familiar o como un regalo para sus seres queridos, adquirir vivienda en Colombia es una forma concreta de seguir perteneciendo.
Además, contar con una propiedad en tu país te brinda beneficios como:
Con Casa Propia Colombia, ese sueño es posible
Somos aliados de constructoras con amplia trayectoria y reputación como Marval, Amarilo y Colpatria, que desarrollan proyectos inmobiliarios en diferentes ciudades del país. Además, trabajamos en conjunto con entidades financieras como Davivienda, Bancolombia y otros bancos reconocidos para ofrecerte diversas alternativas de financiación desde el exterior: desde créditos hipotecarios, hasta leasing habitacional o planes de remodelación.
Lo mejor es que puedes hacer todo este proceso sin estar en Colombia: con asesoría personalizada, acompañamiento en cada paso y garantías claras para que tomes decisiones informadas y seguras. Así, mientras celebras tu independencia desde otro lugar del mundo, también puedes dar pasos concretos hacia tu futuro en Colombia.
Contar con una propiedad en tu país de origen no solo representa una inversión financiera estable, sino también un vínculo emocional con tu historia, tu familia y tus raíces.
Este 20 de julio puede ser el primer paso para celebrar tu independencia eligiendo volver, aunque sea poco a poco, a tus raíces.