¿Extrañas tu tierra? Prepara 3 recetas icónicas desde el extranjero y revive el sabor de casa. Reconecta con tus raíces y descubre cómo invertir en tu futuro en Colombia.
Vivir lejos de Colombia no significa dejar atrás lo que llevamos dentro. A veces, basta con un aroma familiar o un bocado conocido para sentirnos de nuevo en casa. La comida tiene ese poder: el de evocar momentos, lugares y personas que forman parte de nuestra historia. Por eso, preparar una receta colombiana desde el extranjero puede ser mucho más que una experiencia culinaria; puede ser una forma de reconectar con lo que somos.
Pero así como una receta puede acercarnos emocionalmente, también existen otras formas de mantener viva esa conexión con nuestras raíces. Invertir en una vivienda en Colombia —ya sea para uso personal, para la familia o como una oportunidad de generar ingresos— es una manera tangible de estar presente en el lugar que llevamos en el corazón, sin importar la distancia.
Hoy te compartimos tres recetas colombianas que no solo te harán sentir más cerca de casa, sino que también pueden ser la excusa perfecta para hablar de lo que viene: una próxima visita, un reencuentro… o incluso ese proyecto de tener tu casa propia en Colombia.
Las arepas se han convertido en una parte del corazón de la mesa colombiana. Blancas, amarillas, rellenas, asadas o fritas, es el alimento diario que ha unido a todas las generaciones.
Hacer arepas caseras en el exterior, con harina de maíz precocida (fácil de conseguir en muchos países), queso rallado y un poco de sal, puede ser ese ritual que conecta el presente con tus mañanas en casa.
En un tazón grande, mezcla el agua con la sal. Agrega poco a poco la harina hasta obtener una masa suave y manejable. Incorpora el queso si deseas. Forma bolas de masa y aplástalas suavemente para darles forma de disco. Cocina en una plancha caliente o sartén antiadherente, 5-6 minutos por lado, hasta que estén doradas.
Puedes acompañarlas con mantequilla, huevos, hogao o aguacate.
No sólo sacian el hambre, también despiertan memorias: los desayunos en familia, las meriendas después del colegio, las charlas junto a la cocina.
El ajiaco es uno de esos platos que reconforta. En su mezcla de papas, mazorca, pollo desmechado y guascas se esconde una historia de hogar, de domingos en familia, de ollas grandes y mesas llenas.
Aunque conseguir todos los ingredientes puede ser un reto fuera de Colombia, hay formas de adaptar la receta. Puedes reemplazar la papa criolla por una mezcla de papas. Las guascas secas se pueden pedir en tiendas latinas o en línea. El secreto está en el tiempo: cocinar a fuego lento, dejar que los sabores se integren.
En una olla grande, cocina las pechugas en agua con sal, cebolla, ajo y caldo. Cuando estén cocidas, retirarlas, desmechadas y reservar. En el mismo caldo, agrega las papas peladas y cortadas en rodajas junto con la mazorca. Cocina a fuego medio hasta que las papas empiecen a deshacerse y espesar la sopa. Añade las guascas y el pollo desmechado. Cocina 10 minutos más. Sirve caliente con crema de leche, alcaparras y rodajas de aguacate.
Este plato, tan bogotano, te recuerda que el hogar también se construye con calma. Como el ajiaco, los planes a futuro requieren dedicación. Invertir en vivienda en Colombia desde el exterior puede ser ese primer paso que le da sabor al mañana. Un proyecto que empieza hoy, con la certeza de que allá hay un lugar esperándote.
Nada dice "Colombia" como el aroma del arroz con coco en la cocina. Este plato, tan representativo de la región Caribe, tiene el poder de transportarte en segundos a una tarde frente al mar, a las risas de la familia en vacaciones, al ritmo de una cultura que celebra con sabor.
Puedes prepararlo con arroz blanco, leche de coco, azúcar y una pizca de sal, hasta que tome ese color dorado característico. Acompáñalo con filete de pescado al horno, sazonado con cebolla, ajo y limón. No hace falta freír: el sabor está en el cariño y la intención.
Cocinarlo en el exterior es una forma de celebrar lo propio, pero también puede ser un recordatorio: el lugar que extrañas puede volver a ser parte de tu vida. Invertir en Colombia desde el exterior no es solo un sueño: es una decisión real que muchos ya están tomando. Para el retiro, para las vacaciones, para la familia: una casa en Colombia es un punto de retorno.
Estas recetas son solo una muestra del poder que tiene la cocina para hacernos sentir en casa. Pero también pueden ser una forma de proyectar el futuro: de tomar decisiones con el corazón y con la razón.
Porque el sabor del hogar no tiene que ser solo un recuerdo, también puede convertirse en una realidad concreta. En Casa Propia Colombia te acompañamos a transformar ese anhelo en un proyecto real. Desde donde estés, hoy puedes comenzar a construir ese lugar al que siempre querrás volver.
Comida colombiana, vivienda para el futuro y la posibilidad de nuevos ingresos: tres ingredientes que pueden darle un nuevo sabor a tu vida.